Esta canción fue escrita por Paul McCartney en 1972 como respuesta a los sucesos del Bloodie Sunday, acaecido en Irlanda del Norte. Fue el primer single de McCartney con su nuevo grupo, The Wings. La canción fue censurada por la BBC y se prohibió su radiodifusión, hecho que provocó justamente el efecto contrario entre el público y consiguió que la canción gozase de gran popularidad.
viernes, 18 de julio de 2008
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