domingo, 6 de abril de 2008

Edith Piaf - Non, je ne regrette rien (1961)


Édith Giovanna Gassion (Édith Piaf) nació en un suburbio de inmigrantes de Paris en 1915 (la leyenda dice que nació en la acera de la Rue de Belleville 72, pero en su partida de nacimiento figura que nació en un hospital). Su madre, de origen pied noir, trabajaba como cantante en cafés, mientras que su padre hacía de acróbata en la calle.
Abandonada por sus padres de niña, vivió una temporada con su abuela materna, para después ir a vivir con su abuela paterna, que regentaba un burdel. De los tres a los siete años, Edith se quedó ciega. Se dice que las prostitutas recaudaron dinero para financiarle una peregrinación para honrar a Saint Thérèse de Lisieux. Milagrosamente la niña recuperó la vista.
A los 14 años empieza a trabajar con su padre en circos itinerantes por toda Francia y a cantar en público. Empezó a cantar por las calles de Pigalle y en las de diversos suburbios de Paris. A los 17 años tuvo su único hijo, que murió de meningitis a los 2 años. Después inició una relación con un proxeneta que le pedía comisión de lo que sacaba cantando a cambio de no obligarla a dedicarse a la prostitución (una de las amigas de Edith se suicidó al no aceptar que el proxeneta la forzase a prostituirse).
Durante la Segunda Guerra Mundial actuaba para las fuerzas nazis en la Francia ocupada y muchos la consideraban como traidora (aunque ayudó a algún judío a escapar de los nazis).

Icono de la cultura francesa, es considerada como la más grande cantante de la música popular de ese país. Su manera desgarrada de cantar, refleja sin duda las tragedias a las que se enfrentó durante su corta vida (falleció a los 47 años).

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